La música siempre ha sido una compañera inseparable en todas las etapas de la vida, pero en la tercera edad adquiere un valor especial. Escuchar melodías conocidas o participar en actividades musicales no solo despierta recuerdos, sino que también se convierte en una herramienta terapéutica para cuidar la mente, el cuerpo y las emociones.
Estimulación de la memoria y las emociones
Uno de los mayores beneficios de la música es su capacidad para conectar con los recuerdos. Una canción puede llevarnos a momentos pasados, despertar emociones y favorecer la comunicación, incluso en personas con dificultades cognitivas. En adultos mayores, escuchar música que formó parte de su juventud ayuda a reforzar la memoria y a mantener activos los procesos mentales.
Prevención del deterioro cognitivo
Diversos estudios señalan que la música tiene un papel relevante en la estimulación cerebral. Escuchar canciones, cantar en grupo o seguir ritmos musicales mejora la concentración, la atención y la agilidad mental. Por eso, la musicoterapia se ha convertido en una actividad muy utilizada en centros de día como Sonraíz, ya que contribuye a retrasar el deterioro cognitivo asociado a enfermedades como el Alzheimer.
Bienestar emocional y social
La música también es un lenguaje universal que favorece la conexión con los demás. Cantar en grupo, bailar o simplemente compartir una sesión de escucha musical genera alegría, reduce el estrés y aporta sensación de pertenencia. En Sonraíz, estas actividades tienen un impacto muy positivo en el estado de ánimo de nuestros usuarios, ayudándoles a sentirse más activos, animados y acompañados.
Movimiento y vitalidad
El ritmo musical invita a moverse, aunque sea con ejercicios suaves y adaptados. Bailar o realizar pequeños movimientos al son de la música mejora la movilidad, el equilibrio y la coordinación, lo que contribuye a prevenir caídas y a mantener el cuerpo activo de una manera agradable y motivadora.
La música es mucho más que entretenimiento: es una medicina natural para el alma y la mente. En Sonraíz la incorporamos como parte fundamental de nuestras actividades porque sabemos que ayuda a mejorar la memoria, fortalece los lazos sociales y aporta alegría a la vida cotidiana.