Con la llegada del calor, mantener una buena hidratación se convierte en una prioridad, especialmente en las personas mayores. A medida que envejecemos, la sensación de sed disminuye, lo que hace que muchas veces no bebamos suficiente agua, incluso cuando el cuerpo lo necesita. En el Sonraíz, prestamos especial atención a este aspecto, ya que una correcta hidratación es clave para el bienestar físico y mental de nuestros usuarios.

¿Por qué es más importante en la tercera edad?

Con el paso de los años, el cuerpo pierde parte de su capacidad para conservar agua y regular la temperatura. Además, algunos medicamentos pueden aumentar la eliminación de líquidos o reducir la percepción de sed. Todo esto hace que las personas mayores tengan un mayor riesgo de deshidratación, especialmente durante los meses más cálidos.

Consecuencias de una mala hidratación

Una hidratación insuficiente puede afectar al organismo de múltiples formas: sensación de fatiga, mareos, dolor de cabeza, confusión, estreñimiento o incluso problemas renales. En casos más graves, puede derivar en caídas. Por eso, es fundamental prestar atención a los signos de alerta y ayudar a crear el hábito, animando a beber incluso si no hay sed, en pequeños sorbos y a lo largo de la jornada.

Hidratación también con los alimentos

No todo es beber agua. Las comidas también pueden aportar líquidos. Frutas, verduras, sopas frías, purés y yogures son excelentes aliados para hidratar sin que la persona lo perciba como un esfuerzo. Además, se trata de opciones nutritivas, fáciles de digerir y muy apetecibles en verano.

En Sonraíz, el cuidado está en cada detalle 

Sabemos que una buena hidratación mejora el estado de ánimo, mantiene la energía, favorece la concentración y previene complicaciones. Por eso, en nuestro centro de día en Gijón, adaptamos los menús y las rutinas para que cada usuario reciba el aporte de líquidos que necesita, sin que tenga que preocuparse por ello.