Mantenernos activos cuando llegamos a determinada edad es fundamental para tener una buena salud. Cualquier momento es bueno para realizar algún tipo de actividad física -si es controlada por especialistas mejor- que favorezca la movilidad y evite enfermedades que se aceleran por el sedentarismo
En la tercera edad la actividad física es fundamental. El envejecimiento nos hace dependientes por lo que gran parte de nuestra autonomía dependerá del ejercicio físico. Moverse con menos agilidad no significa que se deban abandonar determinados hábitos saludables.
El ejercicio físico en las personas mayores tiene múltiples ventajas, no solo a nivel físico sino también emocional. El poder realizar ciertas actividades ayuda a afrontar el día a día con mayor optimismo, incluso mejorando la capacidad de relación con los demás.
En el centro de día Sonraíz somos conscientes de que muchos especialistas señalan que el ejercicio tiene la capacidad de retrasar el envejecimiento del cerebro y puede prevenir enfermedades neurodegenerativas como el Alzhéimer u otro tipo de demencias, por eso priorizamos el trabajo físico con sus seres queridos.
Inicialmente mantener la movilidad es el gran objetivo, luego llegarán otros beneficios. Se controla el nivel de azúcar en la sangre, se mejora la presión arterial y la respiración. En Sonraíz hemos comprobado cómo las personas que realizan alguna actividad física son mucho más coordinadas, lo que les ayuda a reducir el riesgo de accidentes, caídas o tropezones.
A estas edades, el tiempo recomendado para la realización de actividades físicas es de dos horas y media a la semana. En Sonraíz intentamos conseguir ese objetivo además de guiar a los familiares en las necesidades de su ser querido.