El envejecimiento es un proceso vital que nos afecta a todos, ocurre de forma continua y es algo inevitable. Pero, ¿cuándo debemos preocuparnos por los cambios que se producen en este proceso?.
Dentro de lo que podríamos llamar envejecimiento normal se dan algunos cambios en la capacidad de varias funciones (por ejemplo, mayor lentitud en la realización de tareas, ligero deterioro de la memoria, etc.). Esto es normal con el paso de los años y es fruto de los cambios que se van produciendo a nivel cerebral. Aunque no todo son desventajas, muchas de las capacidades se mantienen: a edades avanzadas se ha llegado a adquirir mayor vocabulario, más experiencias y un mayor conocimiento general.
El Deterioro Cognitivo Ligero se da cuando las capacidades cognitivas se ven un poco más afectadas de lo normal (sobre todo en lo relacionado con la memoria). Aunque la persona afectada sigue manteniendo las habilidades de la vida diaria y su funcionamiento cotidiano general es normal. Cuando se inicia un deterioro cognitivo leve es importante realizar un seguimiento, pues en algunos casos puede evolucionar hacia una demencia.
La Demencia implica la pérdida de las funciones cognoscitivas (lenguaje, memoria, razonamiento, etc.) de la persona respecto a su nivel normal. Este declive de las funciones puede ir acompañado de alteraciones psicológicas y/o comportamentales y es lo suficientemente grave como para interferir o imposibilitar el normal transcurso de la vida diaria de la persona.
En la siguiente tabla están resumidas algunas características para diferenciar el Deterioro Cognitivo Ligero de la Demencia:
Deterioro Cognitivo Ligero | Demencia |
Deterioro objetivo de la memoria | Notable deterioro de memoria (dificultad para recordar nombres de personas u objetos familiares, extraviar cosas, etc.) |
Funciones cognitivas generales conservadas | Problemas para realizar tareas que antes resultaban sencillas |
No afecta a la realización de las actividades de la vida diaria | Interferencia en actividades básicas diarias (por ejemplo, deterioro del sentido de la orientación, pérdida de habilidades sociales, etc.) Alteraciones emocionales y de comportamiento |
Referencias:
- Ardila, A. y Ostrosky, F. (2012) Guía para el Diagnóstico Neuropsicológico. Instituto de Neurociencias Aplicadas.
- Petersen R. C. (2004) Mild Cognitive Impairment as a diagnostic entity. Journal of Internal Medicine, 256 (183-194).